La gente lo llama el “efecto Francisco”. Es la alegría que irradia que es capaz de generar sonrisas en los rostros de las personas. Quieren compartir su foto en Facebook.  Quieren usar sus citas como un lema en su correo electrónico.  Quieren ver todo video en YouTube, a pesar de que el papa no está hablando su idioma. ¡En muchos casos, no está ni siquiera practicando su misma religión! De los millones de personas que siguen al papa Francisco en las redes sociales, muchos son los no creyentes.

¿Por qué lo siguen? ¿Por qué re-twitean  su mensaje? ¿Por qué publican fotos de él abrazando personas discapacitadas y desfiguradas?

Porque el Papa Francisco nos muestra la Alegría del Evangelio. Así es cómo titula una de exhortaciones apostólicas dirigida a nosotros: La Alegría del Evangelio.Francisco cree que la alegría es el mejor ejemplo para la cristiandad, es el testimonio más poderoso.

Si mostramos que nos gusta ir a la Iglesia, las personas van a querer participar de lo que tenemos. Si nuestra fe nos hace felices, seremos mejores compañeros con todos nuestros amigos y familiares, nuestros vecinos y nuestros compañeros de trabajo.

Y lo opuesto también se da. Si todo lo que hacemos es quejarnos de nuestra Iglesia -que no nos va hacer sentir mejor- no vamos a hacer que nadie sientapositividad en Jesús.  Si nuestra fe se torna como nuestra principal fuente de frustración, los demás no van a querer conocer nuestra fe.

El Papa Franciscoes un tipo que disfruta de su fe católica. Le encanta la música, el arte, la historia y la cultura del catolicismo. Pero sabe que eso no lo es todo, y ni siquiera es la mejor parte.

Recientemente, vi un titular impresionante en un periódico. Decía: “Si te gusta el papa Francisco, te encantará Jesús”, eso lo resume todo. La mejor parte del catolicismo es Jesús. Él se hace realmente presente  por y para nosotros cuando nos reunimos en Misa. Él promete proteger a nuestro Papa. Jesús ha mantenido a su Iglesia funcionando y sirviendo durante más de dos mil años, y no muestra signos de dejarla sola.

JESÚS hace del papa Francisco una persona alegre, gozosa y la gente lo ve. Ellos sienten que también podrían ser felices si obtienen lo que él tiene.

Jesús establece nuestra Iglesia en roca firme, para tener un lugar donde reunirse con nosotros en la Palabra y los sacramentos. Sabes, esto ha sido así desde la primera generación. Cuando Jesús llamó a Pedro como el primer Papa, prometió que nada prevalecería sobre la Iglesia católica. Y nada ha prevalecido sobre ella. Ninguna otra institución se mantiene en vida desde la época del Imperio Romano.

La Iglesia se mantiene por sí misma pero no porque tiene los mejores argumentos. Tiene los mejores argumentos; pero los argumentos no ganan los corazones de la gente. La Iglesia se mantiene por sí misma, pero no porque tenga más dinero, o las mejores relaciones públicas, o cualquiera de las cosas que hacen para mantenerse en el mercado.

La Iglesia se mantiene por sí misma, porque tiene a Jesús, y porque tiene a Jesús tiene alegría. Así ha sido desde la primera generación.

Cuando los Apóstoles se iban a algún lado, la Biblia nos dice que  “hubo una alegría en esa ciudad”.  “Los discípulos se quedaron llenos de gozo y del Espíritu Santo”.

Cuando San Pedro se presentaba en la casa de alguien, la gente allí era tan feliz ¡que se olvidaba de dejarle entrar!

¡Ese es el efecto del Evangelio! Puedes llamarle el efecto Francisco, si quieres; pero en realidad es Jesús. Y es el efecto que usted y yo deberíamos querer producir con nuestro testimonio, nuestro trabajo, nuestra bondad y nuestra amistad.

Es Jesús, y es alegría.