Sacramentos: Encuentros Con Cristo
admin - Added on Monday, June 30, 2014

Jesús dio pocos mandatos mientras estuvo entre nosotros en la tierra. De ello, podemos deducir que esos mandatos que nos dejó fueron verdaderamente importantes.

Una de ellas estaba dirigida a los Apóstoles. El partió el pan, y les dijo que ese pan era su cuerpo. Y luego les mandó: Hagan esto en memoria mía.

Sus seguidores le rogaron, “¡Quédate con nosotros, Señor!” Y ese es también nuestro deseo. ¡Quédate con nosotros, Señor!

Jesús respondió a nuestra oración a través de los sacramentos. Él se queda con nosotros, a través del ministerio de la Iglesia.

Esto es algo que Él nos dejó claro cuando resucitó de entre los muertos. ¿Qué fue lo que Él hizo primero? Él fue a una larga caminata con dos de sus discípulos. Ellos caminaron desde Jerusalén hasta Emaús, y de camino conversaron sobre los últimos acontecimientos y luego sobre las Escrituras. Pero eso no fue suficiente para Jesús, pues Él quería estar aún más cerca de ellos. Entonces, Él partió el pan y luego desapareció de su vista.  Pero ellos sabían que Él se había quedado con ellos, porque lo reconocieron al partir el pan.Jesús estuvo presente en el sacramento de la Eucaristía.

Eso pasó de nuevo ese mismo día. Cuando los Apóstoles estuvieron encerrados en la estancia superior, Jesús fue donde ellos, atravesó las puertas cerradas para encontrarlos, y luego estableció una manera para permanecer con ellos. Él sopló y les dio el Espíritu Santo.  El Papa Benedicto XVI dijo sobre este momento: “El Espíritu es el aliento del Hijo. Uno lo recibe cuando se acerca a la distancia de la respiración del Hijo”.

En los sacramentos, Jesús se acerca “a la distancia de la respiración” de todo el mundo. Esto lo puedes ver en las historias bíblicas sobre la Iglesia primitiva. En el segundo capítulo de los Hechos de los Apóstoles, ellos ya estaban ocupados con el bautismo, penitencia, y Eucaristía.  San Lucas nos dice que “acudían asiduamente… a la enseñanza de los apóstoles en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones” (Hechos 2,42).

Los apóstoles predican audazmente la Palabra de Dios. Pero eso no fue todo lo que hicieron. Ellos también siguieron cierto orden ritual que Jesús les había dado. Perdonaron los pecados, impusieron las manos sobre las personas para darles el Espíritu Santo, bautizaron a la gente con agua, llamaron y nombraron ministros para un servicio especial en la Iglesia.

La Iglesia es el lugar en el que Jesús viene a encontrarse con nosotros, y los sacramentos son esos momentos que Él estableció para encontrarnos con Él. Jesús confió los sacramentos a la Iglesia, y lo hizo por amor a nosotros. Él quiere encontrarse con nosotros en la comunión y la confesión.

La Iglesia tiene muchos ritos, pero sólo tiene siete sacramentos. Ellos son: bautismo, sagrada comunión, confirmación, confesión, matrimonio, orden sacerdotal y unción de los enfermos. Cada uno tiene una razón de ser. Algunos son por el bien de la sanación. Otros son por el bien de servir a otros. Algunos son los sacramentos de iniciación –esos primeros sacramentos que nos guían hacia nuestra nueva vida como cristianos.

La Iglesia nos invita a “frecuentar los sacramentos.” ¿Qué significa esto? Bueno, hay sólo dos sacramentos que podemos recibir frecuentemente: la confesión y la santa comunión.

¡Aprovechemos lo más que podamos de esos momentos! Recibamos a nuestro Señor con frecuencia  en Misa – al menos cada Domingo y cada fiesta de guardar, y poco a poco cada vez con más frecuencia. Y hagamos un esfuerzo por ir a la Confesión al menos una vez al mes.

 

Jesús quería mucho encontrarse con nosotros, es entonces que nos dejó esos mandatos a través de los Apóstoles. No lo dejemos esperando.

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