Algunas personas dicen que "el dinero es el que manda”.Nos dicen que el dinero puede comprar elecciones, construir ejércitos, vender productosy conquistar el mundo.

Incluso a veces los cristianos caen y piensan en esa misma línea.  Ellos creen que su iglesia solo va a crecer cuando hayan recaudado suficientes fondos… comprado suficientes propiedades…cuando el ancho de su banda sea de mayor alcance… y cuando hayan conquistado todas las ondas de radio. Piensan además, que lo que necesitamos son más programas.

Pero tú y yo sabemos que no es así, porque nosotros conocemos a una joven mujer, poco mayor que una niña, que nos demostró lo contrario.

La llamamos la Santísima Virgen María.Ella vivía en la oscuridad. Ese podría haber sido el nombre de su pequeña ciudad en Nazaret. Es muy posible que haya más personas viviendo en la cuadra de tu barrio que las que vivían en su villa entera. Si usted vive en un edificio alto, es probable que sea mayor el número de personas que viven en su edificio.

Para los demás, Ella era nadie.  Sin embargo, Dios la escogió a Ella para traer al Mesías al mundo.

Más aún, Dios no la obligó, le dio la libertad de decir “no”, si quería - y toda la historia humana estuvo dependiendo de su decisión.

María dijo que sí, y así comenzó la primera evangelización del mundo. María dio a luz el Evangelio, porque ella dio a luz a Jesucristo. Los Reyes Magos fueron a buscar al rey recién nacido, y lo encontraron con su madre. Ellos eran paganos, provenientes de los lugares donde se rendía culto a los ídolos, pero ellos encontraron su camino hacia Jesús y lo adoraron de los brazos de su madre.

Para María no fue fácil. Poco después de que Ella diera a luz,  agentes del gobierno vinieron a buscar a su bebé. El rey Herodes quería matar al Niño Jesús.  Es por ello que la familia tuvo que huir. Tenían que vivir en la clandestinidad, viven como migrantes, como extranjeros en una tierra lejana.

Pero mira lo que ocurrió como resultado de esos años de dificultades extremas. La Sagrada Familia huyó a Egipto - y, en la persona del niño Jesús, ellos llevaron el Evangelio a aquella tierra pagana. Cristianos en Egipto todavía se alegran ante este hecho: que fue Jesús quien vino a ellos primero.

La Santísima Virgen María fue la primera en evangelizar. Ella sostuvo a Jesús en sus brazos para aquellos que vinieron a buscarlo, fueran pastores o reyes, israelitas o egipcios.

María es siempre la primera en evangelizar. Considera lo que sucedió en las Américas en los siglos XV y XVI. Los indígenas, de la región que hoy conocemos como la ciudad de México, sufrieron mucho. Sufrieron la conquista primero de los aztecas y luego de los españoles. Los aztecas ofrecían los pueblos conquistados como sacrificios humanos al dios serpiente Quetzalcoatl. Sus vidas estaban cargadas de miedos naturales y sobrenaturales. Sin embargo, se resistieron convertirse al cristianismo. Los mejores esfuerzos de misioneros brillantes resultaron ineficaces. Las leyes de los españoles demostraron ser ineficaces, pues no se puede legislar el cambio del corazón.

Entonces fue María quien se le apareció en Guadalupe  a un campesino llamado Juan Diego y fue a través de Ella que muchos millones de personas conocieron la fe en Jesucristo. Un continente que empezó a tener fe.

María no tenía recursos, ni dinero, ni programas, ni ejército, ni tecnologías.Nunca tuvo su propio programa de televisión. Cuando María se apareció, no lo hizo a los poderosos sino a un hombre pobre y sencillo.

María ganó el mundo para Cristo. Si nos quedamos cerca de Ella, si seguimos el ejemplo y guía de nuestra Madre, nosotros también vamos  a ganar muchas almas para Jesús. No es de extrañar que los papas han llamado a la Santísima Virgen "la Estrella de la Nueva Evangelización"