El Santo Matrimonio: Una Vida Cristiana de primera clase
Fr. Ed Benioff - Added on Friday, July 04, 2014

Si estás casado o si planeas casarte algún día deberías saber de la gran dignidad de tu llamado.

 

Primero, debes saber que es verdaderamente un llamado. El matrimonio es una vocación como lo es el sacerdocio, o la vocación de ser una hermana religiosa o un monje. Dios nos ha creado a cada uno y nos llama a un camino particular que es perfecto para nosotros. La mayoría de las personas reciben el llamado al matrimonio y a la vida familiar.

 

El matrimonio no es lo mismo que emparejarse o aparearse. Hombre y mujer no son simples animales. Es nuestro componente espiritual, nuestra semejanza a Dios, la que hace el amor verdadero posible. Esta es la idea que hace que los cantos de amor funcionen, así como los poemas y cartas de amor.

 

La Iglesia católica mantiene la venerada noción de que Dios tiene un plan para cada uno, un destino celestial, una verdadera participación en su vida divina. Y el amor humano, el amor mutuo entre hombre y mujer, es una expresión elegida por Dios en su plan divino.

 

La Iglesia Católica entiende el matrimonio como algo sagrado, una de las señales privilegiadas de la presencia y acción de Dios en el mundo. El matrimonio es uno de los siete sacramentos de la Iglesia. Estos ritos especiales fueron establecidos por Jesús y confiados a la Iglesia como  los medios ordinarios para la salvación de los seres humanos.  Al ver la realidad con una mirada católica, el matrimonio es de gran envergadura.

 

Las Escrituras dicen: “Tened todos en gran honor el matrimonio, y el lecho conyugal sea inmaculado”  (Hebreos 13,4).

 

San Pablo enseñó que el matrimonio fue creado para ser una señal del amor eterno de Dios por la Iglesia (ver Efesios 5,31-32).  Él le dijo a San Timoteo que el rechazo del matrimonio era una señal inequívoca de una señal de mala fe (ver 1Timoteo 4,3).

 

Todo esto requiere una visión saludable de lo que es el matrimonio, coherente con la definición que los judíos y cristianos han sostenido por milenios. El matrimonio es un vínculo permanente e indisoluble entre un hombre y una mujer y que está abierto a la procreación.  

 

Así es como encontramos al matrimonio en la Palabra de Dios. La Biblia empieza con la historia del matrimonio, la creación de Adán y Eva (Génesis 1-2), y termina con las “bodas del cordero” (Apocalipsis 19,7).  En medio, podemos leer que “se celebraba una boda en Caná de Galilea”, donde “estaba allí la madre de Jesús, y “fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos.” (Juan 2,1-2).

 

Es ahí donde podemos vislumbrar los que es el matrimonio cristiano. La boda es causa de celebración, porque dos vidas se han hecho una. Jesús siempre está presente en el matrimonio, y también lo está su Madre y la Iglesia.

 

Dios nos da la gracia que necesitamos para que el amor sea duradero, para vivir sacrificialmente y amar fielmente, como Él vive y ama. Él quiere que cada pareja de esposos sea una señal de la unidad con la Iglesia, una promesa viviente de su fidelidad.

 

Que el matrimonio sea honrado y que el amor verdadero sea disfrutado. Ese el Evangelio de la Verdad.

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