
Nosotros como católicos tenemos buenas noticias para compartir –la noticia que todos y cada uno está llamado a ser santo. En efecto, en la Iglesia primitiva, la palabra “santo” era otro nombre para referirse a “cristiano”. San Pablo afirma lo siguiente en una de sus cartas:
“A todos los que están en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos”.
Pero, ¿qué significa ser santo?
Un santo es aquél que está unido totalmente a Cristo en la mente, el corazón y la acción. Para poder lograr esta unidad, los santos dedican su tiempo a estudiar la fe todos los días, debemos hacer esto nosotros también. Todos estamos llamados a conocer a Cristo a través de nuestra mente para poder comprenderlo mejor en nuestros corazones y trasladar nuestro conocimiento y amor en cumplir su misión. Debemos meditar en sus palabras en las Escrituras, las Enseñanzas de la Iglesia, y los escritos de grandes pensadores, santos y filósofos que nos han precedido en la fe.
Dios nos ha dado el don del talento para acercarnos más a Él y difundir su palabra. Estamos llamados a usar estos talentos en nuestra vida familiar y profesional, y así trabajar para Dios y servir a los demás.Y para poder trabajar para Dios, debemos estudiar.Debemos ser expertos en nuestros talentos a través del estudio de una profesión o alguna ocupación creativa, y así usar nuestros talentos para darle gloria a Dios.
Para poder ser santo, debemos ver a Cristo. En los Evangelios, aprendemos que Cristo fue un hombre inteligente y que estudiaba.El Evangelio de Lucas nos señala de forma particular que Jesús, cuando era joven, escuchaba a los profesores del Templo y les hacía preguntas que los dejaba estupefactos. Sabemos que Cristo tenía un conocimiento profundo de las Escrituras – las estudió y vivió lo que enseñaban.
Jesús nos enseña que las Escrituras nos conducirán a nuestra salvación. En Lucas nos cuenta la parábola del hombre rico y avaro que termina en el infierno, quien se dirige a Abraham y pide salvar a sus hermanos que están viviendo una vida de abundancia similar a la suya. Y Abraham le responde “tienen a Moisés y a los Profetas; que los escuchen”.Nosotros también debemos escuchar las enseñanzas de los profetas y de Cristo, y conocer al Señor a través de nuestros estudios.
El Papa Francisco nos dice que el estudio nos permite “formar convicciones que fortalezcan y estructuren nuestro intelecto y nuestra voluntad”.Pero también nos advierte que el estudio sólo será “fructífero si es hecho con una mentalidad abierta y de rodillas”.
Necesitamos abrir nuestras mentes y nuestros corazones a Dios a través de la oración, y admitir un disposición de aprender y comprender que no tenemos todas las respuestas. Necesitamos entrar en las Escrituras y estudiar filosofía y leer escritos espirituales todos los días.
Además del estudio de lecturas espirituales, debemos desarrollar nuestros talentos y dones a nivel profesional y también en el hogar.Debemos aprender del ejemplo de San Pablo, quien tenía por oficio fabricar tiendas, y cuando se sentaba entre aquellos que tenían la misma profesión, enseñaba sobre el amor de Cristo. En nuestras profesiones, debemos estudiar para poder ser lo mejor que podamos, y llevar hacia Cristo a todo aquel que esté entre nosotros. Sólo podemos llegar a ser las personas que Dios quiere que seamos –santos en la Iglesia y discípulos de este mundo- cuando nos dedicamos a rezar y estudiar. De esta manera, ganaremos corazones para Dios.